Nutrición Saludable, Sistema Inmunitario

¿Qué es la inflamación crónica? ¿Qué problemas genera y como tratarla?

inflamación crónica

Si alguna vez has experimentado una lesión, como torcerte un dedo, cortarte mientras cocinas, o ser picado por un insecto, habrás experimentado un proceso inflamatorio. Aunque resulte molesto, con dolor, hinchazón y enrojecimiento, esto indica que tu cuerpo, especialmente el sistema inmunológico, ha respondido al evento y se ha activado para resolver el problema y restaurar la salud perdida. Este mismo proceso ocurre frente a enfermedades infecciosas o respiratorias, como un resfriado común; lo que experimentamos es un proceso inflamatorio.

La inflamación se desencadena cuando los vasos sanguíneos se expanden para permitir un mayor flujo de sangre en la zona afectada, dando lugar al enrojecimiento y aumento de temperatura. El cuerpo aumenta la producción de glóbulos blancos, células inmunes, y sustancias que combaten las infecciones. Así, nuestro sistema inmunológico protege al cuerpo contra infecciones, lesiones y enfermedades.

Sin embargo, cuando la inflamación persiste más allá de lo necesario, se vuelve destructiva. En estos casos, nos referimos a la inflamación crónica o inflamación sistémica de bajo grado, un proceso que se convierte en una disfunción en sí misma, facilitando la aparición de enfermedades crónicas.

¿Qué tipos de inflamación existen y cuáles son sus síntomas?


La inflamación aguda se manifiesta durante un breve período y es notable por causar dolor, hinchazón y enrojecimiento en la zona afectada, con una duración de horas, días o semanas. Este tipo de inflamación es beneficiosa, ya que contribuye a que el cuerpo recupere su estado anterior a una lesión o afección.

En contraste, la inflamación crónica o inflamación de bajo grado es más gradual, menos evidente y de duración considerablemente más extensa. Puede persistir incluso en ausencia de lesiones o afecciones que requieran cura. Esta forma de inflamación mantiene al cuerpo en un estado constante de alerta, lo cual, con el tiempo, puede generar un impacto negativo en tejidos, órganos y sistemas, representando una respuesta desproporcionada de nuestro sistema inmunológico.

La inflamación crónica se manifiesta con síntomas que son difíciles de detectar, incluyendo fallos y disfunciones a nivel celular. Los síntomas notables, como fatiga constante, problemas para dormir, depresión, ansiedad, trastornos del estado de ánimo, problemas gastrointestinales, aumento de peso, infecciones frecuentes y dolor corporal, pueden asociarse erróneamente a otras causas, ya que estos no se identifican fácilmente como parte de un proceso inflamatorio. Estos síntomas pueden variar en intensidad y duración, extendiéndose a varios meses o incluso años.

¿Cómo afecta la inflamación crónica al cuerpo?

La inflamación crónica, como dijimos, es el resultado de un desorden de nuestro sistema inmunitario. Sus efectos son importantes, ya que acelera el envejecimiento de nuestro organismo y con el tiempo puede provocar daños en el ADN, muerte de tejidos, y cicatrices internas. Además, promueve la aparición de enfermedades degenerativas como las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, la obesidad, el estrés y la depresión, el deterioro cognitivo y el Alzheimer, hígado graso, dolor crónico y artritis, la pérdida de masa muscular, la osteoporosis, la fibromialgia, enfermedades renales, y hasta cáncer… ¡está claro que vale la pena prestar atención al tema y hacer todo lo que esté en nuestras manos para evitar su persistencia!

¿Cuál es el origen de la inflamación crónica? ¿Cómo se diagnostica?

El origen está simplemente en los hábitos inadecuados, que son factores pro-inflamatorios totalmente evitables. Veamos cuáles son:

  • La alimentación con exceso de calorías, grasas saturadas, y con una alta carga de azúcares es uno de los factores más claramente asociados al incremento de la inflamación crónica.
  • El tabaquismo y el consumo de alcohol también, ya que inducen la oxidación y la inflamación.
  • El exceso de medicamentos, ya que genera toxinas que el cuerpo no puede eliminar fácilmente.
  • El estrés físico (por ejemplo, exceso de esfuerzo o entrenamiento) y psicológico. Ambos perpetúan la inflamación crónica por el aumento mantenido de la hormona cortisol.
  • Las alteraciones del sueño, que incrementan los niveles de moléculas proinflamatorias debido a la alteración del ritmo circadiano.
  • El sedentarismo, que contribuye directamente al desarrollo de la inflamación crónica y sus enfermedades asociadas.

Todos estos hábitos inadecuados son generadores de las ya mencionadas enfermedades y disfunciones como la obesidad, la diabetes, el envejecimiento acelerado, y muchas otras, que a su vez aumentan la inflamación crónica, generando un círculo vicioso.

No existe una prueba única que pueda diagnosticar la inflamación crónica y sus afecciones asociadas. Con un análisis de sangre se puede diagnosticar la inflamación en el cuerpo, pero los marcadores existentes no son específicos, por lo que sabremos que algo está mal, pero no qué está mal en concreto, a menos que hagamos otros muchos estudios médicos.

¿Cómo revertir la inflamación crónica de manera natural?


En la medicina convencional, los médicos pueden recetar fármacos con la capacidad de modular la inflamación, aunque no están exentos de efectos secundarios e interacciones. Sin embargo, la estrategia óptima radica en la prevención, evitando hábitos poco saludables para controlar la inflamación crónica de manera efectiva.

La dieta antiinflamatoria implica dar prioridad a alimentos naturales y vegetales, evitando enérgicamente los alimentos ultraprocesados. En casos de sobrepeso, reducir la ingesta calórica es beneficioso para salir de la zona de riesgo, y el ayuno intermitente puede ser una herramienta efectiva.

Cuidar la salud de la flora bacteriana intestinal es esencial, ya que una microbiota equilibrada constituye una poderosa defensa contra la inflamación crónica, la cual a menudo se inicia en el intestino.

La práctica regular de ejercicio físico moderado y la búsqueda de un sueño reparador cada noche pueden disminuir los marcadores inflamatorios y reducir los riesgos de enfermedades crónicas.

Por último, los suplementos nutricionales bien formulados, con ingredientes de calidad, se convierten en aliados eficaces para reducir la inflamación de manera significativa.

Considera un suplemento nutricional de calidad como aliado contra la inflamación crónica

Como habrás visto, la mejor solución contra la inflamación crónica son los hábitos saludables, lo que incluye el dar a tu cuerpo todos los micronutrientes esenciales que necesita para funcionar de manera óptima, sin que le falte de nada.

Muchos de estos micronutrientes son difíciles de obtener incluso llevando una dieta sana, y nuestro organismo se ve comprometido. Además, hay nutrientes que habitualmente no están en nuestras dietas y que nos pueden ayudar mucho con objetivos muy concretos, como por ejemplo reforzar nuestras defensas, equilibrar nuestra flora intestinal, mejorar nuestro estado de ánimo, la calidad de nuestro sueño, o gestionar el estrés.

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